martes, 7 de agosto de 2012

CONVERSACIONES CON LA SEÑORA MARCEL BLUES

 Parte IV

HA ESTALLADO EL DESAPEGO
"Crónicas de un Basilón"



Por: Rossalina Benjamin

No bien habíamos terminado de hablar la señora Blues y yo, cuando veo un mensaje de mi amiga la poeta en mi móvil. "No se va a morir ahora", pienso. No me puedo creer lo que veo en la pantalla:
"Me muero de la rabia, Ross, están distribuyendo mi libro clandestinamente, masivamente. Y a mí misma ni siquiera un ejemplar me han entregado. Maldita la hora en que firmé ese acuerdo y creí en esa gente!".
Todavía sin habla se lo muestro a la señora Marcel Blues. Quien se queda con la boca abierta.
Luego la veo pensar lejos con el ceño y los labios fruncidos. Sacude la cabeza y me dice que llame a mi amiga y trate de calmarla. Nos despedimos. Ella va muy rápido. Yo no sé qué pensar, pero al otro día supe de qué se trataba todo. Déjenme que les cuente:
 
Indignada la señora Marcel Blues con la canallada cometida con la humilde y talentosa poeta se expresó en estos términos: "Ah, no, no,no!! Eso sí que no lo tolero! Le masacran el libro, ni siquiera le dan a la pobre chica los ejemplares que le corresponden según el contrato, ni la colección de libros de sus compañeros, como a los demás, no le publican ni le dan ninguna explicación o piden excusas, le ven la cara de tonta para que no reclamara sus derechos esa noche como debía y encima deshonran la palabra dada de No distribución, regalando el libro a escondidas??? Pero qué tipo de mezquindad es esta??

Solo porque la infeliz no tiene recursos, ni renombre ni quien de la cara por ella, que no crean que van a seguir añadiendo ultrajes. Eso no! Ya verán quién es Marcel Blues cuando presencia un abuso!!"

E inmediatamente marcó un número de teléfono y conversó con alguien al otro lado de la línea en un idioma desconocido para mi, pero que me puso los pelos de punta, ya que sonaba peligrosamente musulmán.

Colgó y suspiró complacida. "Muy bien, Ross! Puedes decirle a tu amiga la poeta, que duerma tranquila, Marcel Blues está a cargo y el contraataque está en camino."

Conociendo a la intrépida mujer, no podía menos que temblar de ansiedad. Qué coño estaba planeando? Cómo que el contraataque? A quién diablos había llamado y adónde? No podía comenzar una guerra por un pendejo lío de poesía. No estaría tan loca. O sí?

Esa noche no pude dormir. Así que aproveché para despacharme otros 10 poemas de "El Festín", el libro de poesía más gordo que había visto en mi vida y que según su propio autor, a quien admiro rabiosamente, correspondía a sus (S)Obras Completas.

Al cerrarlo y mirar la hora, vi que ya eran las 9:00 a.m., hora de ponerme en acción y como si pensar la palabra "acción" presionara alguna especie de botón metafísico y pusiera en marcha un mecanismo alterador de la realidad, tocan a mi puerta con fuerza y una voz retumbante con acento de talibán pronuncia mi nombre completo, el de mi Acta de Nacimiento, que ni mi madre se sabe bien. Por supuesto, me asusto.

-Un momento! Quién es?- (qué mala idea no haber ido al baño antes de leer!)

-Es el vengador afgano enviado por la Agente K-69 Occid. Me responde con impaciencia. Por favor, abra, podría haber problemas si alguien me ve aqui. No queremos involucrarla.

-Pe-pe-pero, y-yo-yo no conozco a ninguna agente!- Me sudan las manos y el alma.

-Abra ya! Déjeme ver el papelito. Ah si, dice que ud. la conoce como la señora Marcel Blues. Ud. debe llevarme ante los enemigos de la poeta. Tengo órdenes de ajustar cuentas y no tengo todo el día!-

No tengo opción. Tengo que abrir. Quién me manda a meterme en problemas con poetas!

Abro con cuidado y me quedo fría al escuchar lo que dice con tranquilidad el hombre frente a mi: Bueno...Hola! Llámeme El Vengador Desapegado. A quién es que hay que matar?

Abro los ojos atónita y miro su rostro decidido. Este rostro:

CONVERSACIONES CON LA SEÑORA MARCEL BLUES

Parte III
ESPERANDO A GODOT ...CON  EL LIBRO
"Crónicas de un Basilón"
Por: Rossalinna Benjamin
 
Ya le había detallado con puntos y señales (y con mucho malestar de mi parte) a la resuelta señora Marcel Blues, el abuso cometido con mi amiga la poeta, a quien, por la envidia y mezquindad habitual en los medios literarios del país, habían ridiculizado públicamente al imprimir un bosquejo de su libro.
Sucede que la chica había salido prácticamente de la nada, al ganar un premio nacional de poesía joven y a partir de eso acaparar toda la atención del medio, sin proponérselo ni desearlo. Entonces comenzaron a salir las cucarachas de la envidia y las ratas de la mezquindad hasta de debajo de las solapas de algunos trajes de "poetas" estatales.
Por esta razón, por decirlo a manera de fábula: 
"entendiendo que aquella pequeña luciérnaga estaba brillando demasiado, uno de los mediocres sapos del charco poético local decidió aplastarla, no fuera que su esplendor lo opacara a él más de lo soportable. No importaba nada el hecho de que el brillo de la luciérnaga iluminara el panorama haciendo más agradable la estancia, que era la única intención de la infeliz. Ni que a la mayoría le complaciera la claridad que su llegada había traído sobre el charco".
...Y entonces dice la señora Marcel Blues, luego de meditar: "No te preocupes Ross, si es verdad que esas personas del Ministerio de Cultura piensan que la poesía de tu querida amiga vale la pena, resolverán el desastre hecho con su libro con altura, es decir, publicándole el verdadero coronando así un cambio de gestión con elegancia. Si no lo hacen, ya sabes que solo decian todas esas cosas alentadoras sobre su poesía para embobarla mientras recogían sus bártulos. Típico! Pero esperemos lo mejor. Siempre es mejor esperar lo mejor".
Miré a la señora Marcel Blues como si estuviera loca, ya me imaginaba lo que diría mi amiga sobre eso, pues ya estaba enfermando de ansiedad. Pero, como dijera la sabia señora "siempre es mejor esperar lo mejor". En tanto, el esqueleto esperanzado de otra Penélope arrancaba y reordenaba páginas de un diario trunco, lo que debió ser un magnifico libro de poesía. En los corrillos literarios de la zona, ya todos lo habían bautizado con el mote de "El Diario del desaperro" y como autor no mencionaban a mi amiga si no a un prófugo de la justicia poética conocido como The Bas El Asesino de Libros.