martes, 7 de agosto de 2012

CONVERSACIONES CON LA SEÑORA MARCEL BLUES

Parte III
ESPERANDO A GODOT ...CON  EL LIBRO
"Crónicas de un Basilón"
Por: Rossalinna Benjamin
 
Ya le había detallado con puntos y señales (y con mucho malestar de mi parte) a la resuelta señora Marcel Blues, el abuso cometido con mi amiga la poeta, a quien, por la envidia y mezquindad habitual en los medios literarios del país, habían ridiculizado públicamente al imprimir un bosquejo de su libro.
Sucede que la chica había salido prácticamente de la nada, al ganar un premio nacional de poesía joven y a partir de eso acaparar toda la atención del medio, sin proponérselo ni desearlo. Entonces comenzaron a salir las cucarachas de la envidia y las ratas de la mezquindad hasta de debajo de las solapas de algunos trajes de "poetas" estatales.
Por esta razón, por decirlo a manera de fábula: 
"entendiendo que aquella pequeña luciérnaga estaba brillando demasiado, uno de los mediocres sapos del charco poético local decidió aplastarla, no fuera que su esplendor lo opacara a él más de lo soportable. No importaba nada el hecho de que el brillo de la luciérnaga iluminara el panorama haciendo más agradable la estancia, que era la única intención de la infeliz. Ni que a la mayoría le complaciera la claridad que su llegada había traído sobre el charco".
...Y entonces dice la señora Marcel Blues, luego de meditar: "No te preocupes Ross, si es verdad que esas personas del Ministerio de Cultura piensan que la poesía de tu querida amiga vale la pena, resolverán el desastre hecho con su libro con altura, es decir, publicándole el verdadero coronando así un cambio de gestión con elegancia. Si no lo hacen, ya sabes que solo decian todas esas cosas alentadoras sobre su poesía para embobarla mientras recogían sus bártulos. Típico! Pero esperemos lo mejor. Siempre es mejor esperar lo mejor".
Miré a la señora Marcel Blues como si estuviera loca, ya me imaginaba lo que diría mi amiga sobre eso, pues ya estaba enfermando de ansiedad. Pero, como dijera la sabia señora "siempre es mejor esperar lo mejor". En tanto, el esqueleto esperanzado de otra Penélope arrancaba y reordenaba páginas de un diario trunco, lo que debió ser un magnifico libro de poesía. En los corrillos literarios de la zona, ya todos lo habían bautizado con el mote de "El Diario del desaperro" y como autor no mencionaban a mi amiga si no a un prófugo de la justicia poética conocido como The Bas El Asesino de Libros.

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